
Al momento de crear espacios de exposición, el diseño de la experiencia, la propuesta de recorrido o la transmisión de ciertas percepciones y sentidos aportan a la creación de diferentes vínculos y conexiones entre los objetos exhibidos y sus visitantes. Entendiendo el carácter de un showroom como aquel espacio pensado para mostrar productos y servicios de forma creativa y experiencial, ¿qué estrategias de diseño podrían mejorar las experiencias interiores de sus usuarios? ¿cómo dialoga el diseño de interiores con la arquitectura de exposición?
Si bien el espacio de un showroom aspira a fomentar la interacción entre productos o servicios y sus visitantes, también habilita una oportunidad para realizar otras actividades. Salas de reuniones, áreas de trabajo, recreación o descanso, espacios de guardado o depósitos forman parte de las necesidades que demandan los espacios y además potencian experiencias inmersivas y relaciones entre sus usuarios. Desde la industria de la moda, el automovilismo, la tecnología o la cosmética hasta el diseño de interiores, la arquitectura y el arte, estos espacios buscan resaltar las características y beneficios de los objetos expuestos captando la atención de sus visitantes al proponer ambientes donde el diálogo con el color, la iluminación y la materialidad juegan un rol primordial.
