Eduardo Souza

Editor Senior de Brands & Materials en ArchDaily. Arquitecto y máster por la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC).

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Pensar globalmente, construir localmente: glocalización y uso ético de materiales

"Los tiempos están cambiando" cantaba un joven Bob Dylan en 1964, capturando una nación en una encrucijada, atrapada por el movimiento de derechos civiles y ensombrecida por las tensiones de la Guerra Fría. Casi una década más tarde, David Bowie dirigió esa mirada hacia adentro con "Ch-ch-ch-ch-changes," una meditación fragmentada sobre la identidad, la reinvención y la transformación personal, resonando con el colapso de los ideales contraculturales y la aceleración de la globalización. Para la década de 1990, Tupac Shakur devolvió el enfoque a las calles y los centros urbanos. En "Changes", expuso las crudas realidades de la injusticia racial y la violencia sistémica, ofreciendo no resignación, sino una acusación contundente: "Así es como son las cosas."

Tres voces, tres décadas, tres maneras de enfrentar el cambio. Si el arte (aquí, a través de la música) ha servido históricamente como espejo y grito en tiempos de agitación, entonces es justo preguntar: ¿cómo ha respondido la industria de la construcción a un mundo en constante cambio, un mundo que exige urgentemente transformación? En un mundo moldeado por poderosas fuerzas económicas, la arquitectura enfrenta cada vez más el desafío de reconciliar la responsabilidad social con las realidades del mercado. Hoy, nos enfrentamos a una convergencia de crisis planetaria y fragmentación social: el planeta se está calentando, las desigualdades persisten y se profundizan, los datos se multiplican y las identidades se fracturan. En este contexto, la arquitectura ya no puede permitirse limitarse a la experimentación formal o a los imperativos impulsados por el mercado. Se le llama a repensar con claridad, responsabilidad e imaginación lo que construimos, con qué construimos, cómo construimos y, sobre todo, para quién. 

El Gemelo Táctil: Por Qué los Modelos Físicos Siguen Siendo Relevantes en un Mundo Virtual

Construir una cúpula monumental sin recurrir a cadenas de hierro externas ni a un cimbrado tradicional fue el enorme desafío que enfrentó Filippo Brunelleschi en la Catedral de Santa Maria del Fiore, en Florencia. Para demostrar la viabilidad de su propuesta y guiar la construcción, se apoyó en un modelo de madera a gran escala que desempeñó un papel fundamental en el estudio de las proporciones, el entrelazado de las nervaduras y la disposición innovadora de los ladrillos mediante el sistema a spina pesce (espina de pez). Como herramienta técnica esencial, este modelo —que aún se exhibe en el Museo dell’Opera del Duomo de Florencia— orientó a los maestros de obra durante toda la construcción, consolidándose como un ejemplo clave del valor de los modelos en la planificación arquitectónica, la comunicación constructiva y la experimentación.

Tradición, reutilización e innovación con terrazo

En un escenario donde la sostenibilidad y la identidad material se convierten en prioridades en la arquitectura, algunos materiales antiguos encuentran nueva vida. El terrazo, cuyos orígenes se remontan al siglo XV, destaca como un ejemplo de cómo la tradición puede impulsar la innovación. La forma moderna tal como la conocemos hoy se originó en Venecia, Italia, en el siglo XV, cuando los trabajadores del mosaico veneciano, buscando aprovechar el mármol sobrante, comenzaron a incorporar estas piezas de gran tamaño en el mortero para crear superficies duraderas y visualmente atractivas para las terrazas alrededor de sus casas. Además de minimizar el desperdicio de materias primas, esto condujo al desarrollo de nuevas técnicas para nivelar superficies, evolucionando desde la fricción manual de piedras hasta el uso de una piedra de afilar pesada y de mango largo conocida como galera.

Luz que sana: el impacto de "Litro de Luz" en el bienestar de las comunidades

A veces las soluciones más simples son las más revolucionarias e impactantes. Durante la crisis energética en Brasil en 2002, el mecánico Alfredo Moser desarrolló una forma asequible y eficaz de iluminar ambientes interiores durante el día. Utilizando tan solo una botella de PET instalada en el techo, llena de agua y lavandina, aprovechó la refracción de la luz solar para llevar luz a espacios hasta entonces inmersos en la oscuridad. En viviendas autoconstruidas, donde los sucesivos anexos a menudo comprometen la entrada de luz natural y ventilación, esta solución marca la diferencia. Denominada "lámpara de Moser", el invento genera una iluminación equivalente a una lámpara de 60W y se ha difundido por todo el mundo a través de diversos informes. Desde entonces, el proyecto ha seguido evolucionando y adaptándose a las necesidades de las comunidades actuales, transformando vidas a través de una solución tan simple como altamente inteligente.

Diseñando los sentidos: ¿Cómo la sinestesia moldea nuestro mundo construido?

El Museo Judío de Berlín, diseñado por Daniel Libeskind, emplea la sinestesia para evocar sentimientos de desorientación, pérdida y memoria a través de geometría fragmentada, iluminación contrastante y selección de ciertos materiales. Inspirado en una estrella de David destrozada, el edificio guía a los visitantes a través de pasillos inclinados y estrechos, creando inestabilidad e incomodidad. La luz, ya sea filtrada a través de rendijas o casi totalmente ausente en ciertas áreas, refuerza la atmósfera opresiva. El hormigón crudo, con su textura fría y rígida, intensifica esta experiencia, mientras que el vacío resuena con ecos y silencio. En el espacio Shalekhet (Hojas caídas), placas de metal con forma de rostros emiten sonidos inquietantes cuando se pisan, creando una experiencia auditiva perturbadora. El museo trasciende su función como espacio de exhibición y se convierte en una experiencia arquitectónica inmersiva, donde la luz, el sonido, la textura y la forma se combinan para transmitir el dolor y el recuerdo del Holocausto.

Ionización del aire: cuando lo negativo puede ser positivo en espacios construidos

En 1902, el físico Philipp Lenard descubrió que la ruptura de las gotas de agua en olas, cascadas, lluvia o niebla libera iones negativos en el aire. Esto ocurre porque, al romperse, las gotas separan sus cargas eléctricas: los electrones, que son más pequeños y ligeros, se adhieren a partículas suspendidas en el aire, mientras que las cargas positivas permanecen en el agua o se disipan rápidamente. Este fenómeno aumenta la concentración de iones negativos en el ambiente, lo cual puede influir directamente en nuestro cuerpo y mente, interactuando con neurotransmisores y funciones celulares esenciales. No es casualidad que muchas personas reporten sensaciones de bienestar, energía y claridad mental después de pasar tiempo en playas, cascadas o bosques. En Japón, esta conexión con la naturaleza se explora en la práctica de Shinrin-Yoku, o "baño de bosque", que promueve la relajación y revitalización simplemente a través del contacto con el entorno natural.

Estrategias materiales para actualizar y reutilizar los clásicos del Movimiento Moderno

Park Hill, un gran complejo de viviendas sociales en Sheffield, destaca como uno de los ejemplos más ambiciosos de arquitectura moderna en Gran Bretaña de la posguerra. Diseñado en 1961 por Jack Lynn e Ivor Smith, su concepto innovador de "calles en el cielo" tenía como objetivo combinar viviendas de alta densidad con el espíritu comunitario de los barrios tradicionales. A finales del siglo XX, el complejo había caído en un grave abandono, marcado por problemas sociales y una degradación estructural que socavaba tanto su funcionalidad como su reputación. Poco a poco, Park Hill se convirtió en sinónimo del fracaso del movimiento moderno, cargando con un fuerte estigma social y marginando a sus residentes. A partir de la década del 2000, se iniciaron esfuerzos significativos para revertir esta narrativa a través de un proceso de revitalización de dos fases.

La primera fase, dirigida por Urban Splash en colaboración con los estudios de arquitectura Hawkins\Brown y Studio Egret West, se centró en preservar y mejorar los elementos históricos del edificio al tiempo que introducía intervenciones modernas para crear un espacio habitable, funcional y atractivo. Esta etapa demostró el potencial de la reutilización adaptativa para revitalizar comunidades y recuperar íconos arquitectónicos. La segunda fase de la renovación, llevada a cabo por la firma Mikhail Riches, buscó aprovechar este trabajo inicial introduciendo nuevos elementos que profundizaron la conexión entre los espacios existentes y la vida contemporánea. Con un enfoque que combinaba sensibilidad histórica e innovación arquitectónica, Mikhail Riches continuó el proceso de transformar Park Hill en un ejemplo histórico de cómo la arquitectura moderna puede adaptarse para satisfacer las necesidades actuales sin perder su identidad original.

¿Cómo BIM ayudó a Notre-Dame a resurgir de las cenizas?

En muchas culturas, el fuego es un elemento sagrado utilizado en rituales de renacimiento y renovación. Lleva un doble simbolismo: es a la vez creador y destructor, capaz de iluminar caminos o consumir todo a su paso. En la mitología griega, por ejemplo, Prometeo robó el fuego a los dioses y se lo dio a la humanidad, marcándolo como símbolo de progreso, conocimiento y poder creativo. Sin embargo, el fuego también evoca destrucción, como se ve en relatos bíblicos como el de Sodoma y Gomorra, donde se utilizaba como castigo divino. Esta dualidad también fue evidente en el incendio de 2019 en la catedral de Notre-Dame, que devastó su estructura histórica. El desastre desató una ola de solidaridad y condujo a avances tecnológicos sin precedentes, con esfuerzos de restauración que utilizaron herramientas digitales como el escaneo láser y el modelado de información de construcción (BIM) para recrear detalles intrincados y preservar el patrimonio arquitectónico.

 

¿Deberíamos crear más prototipos de arquitectura?

La creación de prototipos es un elemento esencial en sectores como el diseño automotriz y la tecnología, donde el desarrollo iterativo permite probar, perfeccionar e innovar. Implica crear versiones preliminares o modelos iniciales para validar ideas y ajustar soluciones antes de la producción final de una pieza, siendo un paso crucial para identificar fallas, optimizar diseños y reducir riesgos, ahorrando tiempo y recursos en la implementación final. En la arquitectura, sin embargo, la creación de prototipos sigue siendo una práctica infrautilizada. Aunque la disciplina involucra proyectos marcados por particularidades únicas (ya sean programáticas, climáticas o relacionadas con la implantación), su aplicación podría ser transformadora. La creación de prototipos permite a los arquitectos/as experimentar con materiales innovadores, validar técnicas de construcción y probar configuraciones espaciales de una manera práctica y mensurable. Esto no sólo reduce las incertidumbres en el proceso creativo, sino que también promueve soluciones audaces y eficientes, impulsando un equilibrio más sólido entre estética, funcionalidad y viabilidad.

 

Residuos que construyen: una escuela de bagazo de caña de azúcar en India

La industria de la construcción, tradicionalmente dependiente del uso intensivo de materiales naturales no renovables, se encuentra en un momento decisivo para reevaluar sus procesos y mitigar su importante impacto ambiental. ¿Cómo se puede satisfacer la creciente demanda de infraestructura, vivienda, atención sanitaria y educación sin agotar los recursos naturales? Si bien las iniciativas de reciclaje están ganando terreno, siguen siendo insuficientes. En este contexto, están surgiendo soluciones más innovadoras, que proponen el uso de residuos agrícolas, como el bagazo de caña, para crear alternativas sostenibles y disruptivas para la construcción.

Una capa con costos ocultos: los microplásticos que se agregan con cada pincelada

¿Quién iba a imaginar que una pared recién pintada, tan lisa y brillante, podría esconder un gran problema? La pintura es uno de los acabados finales que aportan belleza y protección a los ambientes, ya sean internos o externos. Pero detrás de este toque de color, hay una capa invisible que se acumula silenciosamente en nuestros ecosistemas e incluso en nuestros cuerpos. Según una investigación reciente realizada en Suiza, la pintura de construcción es una de las mayores fuentes de contaminación por microplásticos en océanos, ríos y otros entornos. Estos, de menos de 5 mm de tamaño, ingresan a los ecosistemas a través de la erosión y dichos residuos se acumulan en los cuerpos de los animales marinos y terrestres (y, en última instancia, en los humanos), cuyos impactos a largo plazo en la salud humana aún se están estudiando. Hasta el momento, las evidencias indican que la exposición continua puede contribuir a una variedad de problemas, tanto físicos como metabólicos.

El uso del modelado 3D para decodificar las matemáticas de la arquitectura romana

La arquitectura romana, célebre por su grandeza, precisión e innovaciones técnicas, ha fascinado a historiadores y entusiastas durante siglos. Al combinar funcionalidad y estética, transformó los paisajes urbanos de la antigüedad y dejó un legado que continúa influyendo en la arquitectura contemporánea. Estructuras icónicas como el Coliseo, el Panteón y los acueductos romanos ejemplifican el ingenio romano al utilizar materiales como el hormigón e implementar técnicas avanzadas, como el arco y la bóveda, que aseguraban durabilidad y eficiencia en sus construcciones. Sin embargo, gran parte de la teoría y el conocimiento que sustentaron estas hazañas notables se han perdido con el tiempo, dejando lagunas intrigantes en nuestra comprensión de sus métodos y prácticas.

Construyendo una arquitectura resiliente para el frío extremo: el diseño impulsado por el clima de BIOSIS

A medida que la preocupación global por el cambio climático crece cada año, remodelando nuestra vida cotidiana, nuestras ciudades y nuestros paisajes, algunos lugares enfrentan un desafío paradójico: el frío extremo. En las latitudes más duras del mundo, diseñar edificios habitables y sostenibles requiere más que enfoques convencionales; exige innovación y un profundo respeto por el medio ambiente local. Ésta es la apuesta de BIOSIS, un estudio de arquitectura con sede en Copenhague, que ha asumido el reto de trabajar en algunos de los climas más extremos del planeta. Especializada en diseño impulsado por el clima, la firma adapta cada proyecto al entorno que lo rodea, respetando y colaborando con la naturaleza. Para los fundadores Morten Vedelsbøl y Mikkel Thams Olsen, con quienes hablamos, este enfoque representa más que resiliencia estructural: es una forma de armonizar los edificios con el medio ambiente en regiones donde el frío extremo es una realidad diaria.

Una revolución biomimética que impulsa la construcción sostenible actual y a futuro

Para algunos, la perfección de la naturaleza revela la firma de una fuerza divina, algo que desafía las explicaciones racionales. Como resultado de millones de años de adaptación y evolución, las estructuras y organismos naturales operan con una eficiencia que es difícil no admirar. Cada forma parece tener un propósito preciso, mostrando ingenio donde la funcionalidad y la belleza coexisten armoniosamente. Desde las hojas hasta los organismos más pequeños, la naturaleza sigue una lógica impecable de economía y precisión, eliminando los residuos. Demuestra que la simplicidad es a menudo la expresión más pura de sofisticación. Los árboles, por ejemplo, crecen para maximizar la fuerza y ​​la estabilidad mientras al mismo tiempo minimizan el uso de recursos. Esta eficiencia estructural se logra alineando las fibras a lo largo de caminos de máxima tensión y dando forma a troncos y ramas para distribuir las cargas de manera óptima. Es un testimonio del hecho de que la naturaleza, por encima de todo, es una ingeniera magistral.

Explorando la prefabricación: desafíos y posibilidades en Parkside Carvoeira

Toda innovación trae consigo fricciones, disrupciones y, sobre todo, aprendizajes. En la construcción civil, un sector históricamente resistente al cambio, los nuevos sistemas constructivos a menudo se reciben con cierta extrañeza, lo que requiere un análisis cuidadoso de los desafíos que surgen. El sistema wood frame, ampliamente adoptado en países como Estados Unidos, Japón y Alemania, nunca llegó a ser popular en Brasil, debido a factores que mantienen al sector intensivo en mano de obra y fuertemente vinculado a los métodos convencionales de albañilería y hormigón.

Sin embargo, con la disminución de la oferta laboral y las nuevas demandas de eficiencia y sostenibilidad, el sector de la construcción ha ido explorando alternativas innovadoras. En este contexto, el edificio Parkside Carvoeira, en Florianópolis, se destaca como un hito de innovación, siendo el edificio con estructura de madera más alto de América Latina. Desarrollado en alianza entre Parkside, la oficina de Desterro Arquitetos y la constructora local Tecverde, el proyecto pionero adopta el sistema como una solución sustentable y eficiente para satisfacer las necesidades de la construcción contemporánea en el país.

Sabiduría vernácula para edificios sostenibles en climas fríos

Las tecnologías de construcción vernáculas se basan en siglos de sabiduría práctica, resultado de innumerables pruebas y errores. Esto elimina todo lo irrelevante, creando sistemas altamente eficientes y simples que están intrínsecamente adaptados al clima y los recursos locales. Estos métodos muestran cómo conservar el calor con un mínimo de energía, ofreciendo información valiosa para los edificios modernos y promoviendo la eficiencia energética y la armonía ambiental. En este artículo ya hemos cubierto las técnicas tradicionales de refrigeración pasiva, como las torres eólicas persas o la mashrabiya árabe. Ahora, nos centramos en estrategias aplicables a climas fríos, explorando soluciones efectivas para la retención de calor y la calefacción de los espacios.

Debatiendo sobre el mito de que las estructuras prefabricadas son rígidas y poco atractivas

El término "prefabricado" es capaz de evocar imágenes de construcción estandarizada e invariable, que recuerda a la arquitectura utilitaria y repetitiva del período de posguerra, donde la urgencia de viviendas rápidas y económicas llevó a la creación de unidades uniformes y a menudo monótonas. Sin embargo, la realidad contemporánea es muy diferente. A medida que avanzan las tecnologías y los métodos de construcción, la prefabricación ha evolucionado hasta convertirse en sinónimo de innovación, adaptabilidad y diseño personalizado. Hoy, esta técnica permite crear espacios multifuncionales y flexibles, que responden no sólo a necesidades prácticas, sino también a las exigencias estéticas y sostenibles de la arquitectura moderna, con la integración de materiales de última generación y la inclusión de nuevas tecnologías, atendiendo a las demandas contemporáneas de personalización y adaptabilidad.

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